domingo, 14 de diciembre de 2008

2 comentarios:

  1. A Esteban lo habían encerrado al nacer en aquella celda.

    Le daban de comer en un plato de perro que estaba pegado al suelo.

    AL igual que su plato, Esteban también estaba pegado al suelo, como si fuese una mascota a cuatro patas.

    Había pasado tantos años en aquella posición, que ni se acordaba de lo que era estar de pie o rascarse un huevo.

    Los señores que lo tenian encerrado eran de mente perversa y, cada año, por el cumpleaños de Esteban, para torturarlo, le alejaban el plato un centímetro de su posición para que le resultase mas difícil comer.

    Así, a lo largo del tiempo, el cuello del pobre desgraciado se habia ido deformando y estirando más y más, hasta parecer la rama de un árbol seco.

    Un dia, Esteban descubrió que podía prescindir de su cuerpo y separar su largo cuello de sus hombros.

    Liberándose del tronco, siendo sólo cabeza y cuello, parecía más una serpiente que un ser humano.

    Ese dia huyó abandonando su cuerpo decapitado para siempre.

    Desde entonces se esconde como una escalopendra debajo de la cama de los niños, esperando a que se duerman para comérselos.

    ¡¡¡QUÉ GRANDE, ESTEBAN!!!

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  2. así se superan los traumas...bravo por ti, esteban!

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